Comparto aquí el gran artículo que ha escrito Alejandro Delmás en as.com.
Fue la intensidad y fue el consejo de los capitanes: el sello de la
leyenda de Rafael Nadal en Roland Garros, con su séptimo título en los
Internacionales de Francia, no se ciñe a un mero resultado. Tras la
suspensión rocambolesca del domingo, Nadal acabó poniendo grilletes al
demonio Novak Djokovic con un marcador final de 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5 que
supone el séptimo título en Roland Garros.
En la noche del domingo, tras una tarde tempestuosa cerrada con la
agridulce suspensión, tras parcial de 8-0 para Djokovic, Nadal pidió que
le sirvieran la cena en su habitación. La lluvia de París había
cambiado el escenario al mojar las bolas. Y Djokovic, refrescado, había
resucitado aunque Rafa estaba a menos de un set de su séptimo título.
"Estaba afectado y hubo que decirle que dejara de pensar en Djokovic,
que pensara sólo en él y en su juego", contaría más tarde Tío Toni,
entrenador del heptacampeón.
La noche del 10 de junio de 2012 no era la mejor en la vida del buque
insignia de la Gran Armada. Entre esa lluvia que había convertido la
Chatrier en una ciénaga, al guerrero de Manacor le perseguía la palabra
'Djokovic' hasta el fondo del corazón: Djokovic, y las tres finales de
Grand Slam perdidas en serie ante el hechicero serbio: Wimbledon, US
Open, Australia.
A las 10:00 horas de la mañana del lunes, entre nubes y fresquito,
Rafa se entrenó en la Chatrier con un joven zurdo francés, Alexander. En
plena sesión, entre trallazos que emitían gemidos como de árboles que
se tronchan, 'craaack', Toni Nadal hizo sentarse a su sobrino, que se
vio rodeado por tres capitanes, los tres hombres de quienes acepta
consejos en tenis: Tío Toni, Francis Roig y Carlos Costa, su
representante y exnúmero diez del mundo. Estos consejos oyó Rafa Nadal:
"Tienes que salir como en un partido a tres sets en pista dura. Máxima
intensidad desde el principio. Mover a Djokovic. Sacar, sacar muy bien y
defenderte lo más largo posible con el revés".
Inquietante. Toni, con gesto duro muy poco visto, marcaba las
zonas y los gestos del revés. Cuando Rafa terminó, se cruzó con
Djokovic, que irrumpía en la Chatrier con su Team Novak: "Good Morning",
fue el saludo de Novak a Rafa: que estiró la mano y lanzó de vuelta una
mirada ceñuda: inquietante
Y a partir de las 13:00 horas, Nadal fue a desmantelar a Djokovic. Le
hizo un break inicial y le martilleó con derechas como motosierras y
servicios a 200 km/h. Al fin, el showman ardió consumido entre las
cenizas de la doble falta. Con intensidad casi inhumana, el Borg del
Siglo XXI, saludó el pronóstico del canoso Borg del Siglo XX y estampó
su séptimo título en la Copa de los Mosqueteros. Fue la intensidad: y el
consejo de los capitanes.
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